FRAUDE
El fraude supone un grave riesgo para la seguridad y la salud de las personas, tanto del consumidor de energía como de terceros que puedan verse afectados, por realizarse al margen de la normativa eléctrica, lo que supone un mayor riesgo de electrocución, de incendio e, incluso, de muerte.
RIESGO PARA LOS OPERARIOS
También supone un riesgo para los operarios que trabajan en las instalaciones, al desconocer la alteración de la instalación.